Quisiera llevarte con mis alas a ese estado azul que te eleve en tranquilidad y paz. Que te envuelva cálidamente en agua protectora. Lograr que media sonrisa se asome en tu cara, o al menos en el brillo de tus ojos. Verte sonreir aunque sea un poco por dentro, que el dolor ese que está bien en el fondo, disminuya un poco.
Tanta energía das, tanta me diste... tantas veces que al leerte agotado y abatido, mi cuerpo automáticamente se vació en lágrimas, y un sentimiento de injusticia llenó mi conciente. Vos que sin querer me obligas a sonreír cada vez que estas presente, hoy necesitas alguien que te devuelva tu propia sonrisa. Lo haría si tuviera los mismos poderes que tenés vos. Lo haría si pudiera lograr el mismo efecto que mágicamente lográs vos en mí.
Me siento tan inútil ahora, pero no podría importarme menos ese sentimiento. Con toda sinceridad quisiera ser esa mariposa hoy, que te haga llegar un mensaje positivo de algún lugar lejano. Que le agregue un color a tu día.
Te amo, y es lo más sano y puro que puedo sentir a la hora de pensar en tu dolor y querer borrarlo de tu vida. No nos conocemos tanto, pero tu energía me llegó desde el primer día.
Ese día con pocas baldosas de distancia, fue la primera vez que me hiciste reir.
Sos luz, y deseo que no te apagues nunca.