Los viajes en tren pueden sorprender con esos días en que algo fuera de lo normal pasa (o se sube).
Sueles ser exactamente iguales, siempre, de Juan B. Justo a Retiro, solo cambia el paisaje cuando cambia la estación del año, (4 de 365).
Pero siempre hay algo que rompe la regla.

Ayer viajaba de mi casa a la de Mati, como cientas otras veces, en el tren de Mitre, rumbo a Retiro.
En medio del recorrido se subió al vagón un chico con su guitarra.
Comenzó a hablar sobre el amor y otras cosas, (principalmente sobre el amor) y yo algo desconfiada pensé (bueno por lo menos no es como otros que si no les querés dar plata le tenés que dar un beso al mono mugriento) y seguí escuchando...
Algunas cosas copadas.. algunas cosas que no entendí.. pero en promedio, era bastante copado lo que decía el tipo.
Después de unos minutos de consejos humanísticos, comenzó a tocar su guitarra... cantó una canción con mucho contenido rastafari y tiró frases como "basta de racionalismo, porque rima con imperialismo" o "yo no quiero tu dinero solo quiero tu sonrisa".. a lo que pensé "bueno... lo copado se convirtió en hipocresía" No había otra cosa que pensar, el pibe estaba ahí en el tren pidiendo plata, como todos los que tocan la guitarra en el tren.. aún como ese chico rubio tan lindo que sonríe mientras escupe a través de un juguetito verde que hace un ruidito raro (que buena vibra que tiene ese chico) pero bueno, ese también está ahí pidiendo plata... como esos dos que tocan rock con unas guitarras que las sostienen con posiciones incómodas porque no pueden comprarse una correa (que una vez flasheé con regalarles una correa, pero nunca más los vi en el tren), bueno ellos también están ahí pidiendo plata...

Cuando terminara la canción con melodías reggae y mensajes antimaterialistas, y cuando terminara de jactarse de repartir la verdad por el mundo con sus canciones, no iba a saber con qué cara mirarlo cuando me acerque la funda de su guitarra criolla para pedirme una moneda.
Pero no tuve que hacerlo.

Terminó su canción y se bajó.