Buen día día

No tuve una buena noche, de esas que se arruinan con patadas a la mesita del living y a la pared de la habitación. Entradas de cine, perdidas; su perfil a contraluz, velado. Los ojos que me duelen, y el cuerpo que me pesa. Amo su olor en invierno, es distinto que en verano. Y por más que amo su olor cuando llega el verano, cada invierno recuerdo cómo amo su olor expuesto al frío.
Un viaje en tren despacito, lento, húmedo y silencioso. Leyendo la historia de mi amado Tony Wilson, Ian, Barney y Hooky. Pero me levanto del asiento con la cabeza a gachas y me cierro la campera con las manos expuestas al viento que entra cuando la puerta se abre a mi estación de destino. Miro el anden, miro mis pasos, respiro el viento.
-buen día flaquita-
Levanto los ojos del suelo gris hacia el montón de gente que intenta entrar por la puerta por la que yo intento salir. Y no reconozco ninguna de esas caras, pero estoy segura que esa voz me es familiar. Entonces vuelvo a buscar, ya detrás mío, entre la gente que se mueve en cámara lenta favoreciendome la búsqueda. El chico que vende las masitas en el tren entra al vagón sin recibir un saludo mío de respuesta.
No recuerdo quién, pero alguien a quien le tengo mucho cariño me decía "flaquita". Creo. O tal vez es él, con su energía extraña y poderosa. Tal vez era él, en otra vida. Tal vez es sólo esta, nueva y hermosa.
Hoy puede ser un buen día.
Ojalá la canción ideal me reciba temprano.
Ojalá mi inspiración llegue rápido y me haga crear algo hermoso.
Hoy.
Porque hoy quiero que sea un buen día.

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