music factory

En la ciudad no se respira tanta música como uno se imagina.
Está como escondida detrás de las paredes de ladrillos.
Me sentía como conocedora de un secreto, de un tesoro secreto.
Yo, sabía la historia debajo de ese asfalto, y el volumen que resistieron esos edificios.
Veía a la gente caminar por la vereda y me sentía en confidencia conmigo misma y con mis discos, y con Tony Wilson, y con Ian.
Nadie vive allí ahora por la música, al menos no a la gente que podes encontrar en el centro de la ciudad.
Cuando llegué, le pregunté a un par de personas donde podía encontrar el edificio original de La Hacienda, y me contestaban que no sabían, con una expresión en la cara como diciendo "se supone que tengo que saber?"
Madres con sus hijos de compras en los mercados. Solamente se encuentran cybers en el barrio chino, famoso porque es el único lugar donde se encuentran cybers... En los kioskos venden imanes del Manchester United, y los lugares más turísticos son los cercanos a los estadios de Fútbol.
Picadilly Gardens está concurrido por turistas y ciudadanos comunes, familias, chicos que salen de los colegios, adolescentes que pasean por los jardines, pero no es música exactamente lo que resuena en las veredas, o lo que se encuentra implícito en las calles.
Aunque está solo a metros de The Northern Quarter, que hoy en día, se mantiene intacta desde los 70.
Durante el día son cuadras desiertas poco transitadas, de noche, un mundo aparte.
Un viaje en el tiempo.
Locales que mantienen sus fachadas desde finales de los 70, uno al lado del otro, enteramente dedicados a la música.
Bares que solían ser visitas obligadas antes, durante y después de los recitales de las bandas que en ese entonces tenían un espacio gracias a la locura del presentador del Granada Reports (programa de televisión que presentaba bandas under locales, conducido por Tony Wilson).
Sobre Oldham Street, amplio, con detalles en amarillo vibrante y olor a metal, se mantiene en pie Dry Bar. El corazón que aún late de Madchester.
Un pie ahí y la noción de que haya sido escenario de violentas peleas entre fans de distintos estilos musicales te invade y hasta parece obvio.
Esque todo es parte. El poster de Stone Roses, la barra de hierro maciso, el cartel Rojo que evidentemente es original, la música que sale de los parlantes, el frío que hace dentro del local, el olor a cerveza en algunos rincones.
Era así en aquellos tiempos también.
La revolución musical fue a escondidas, y en limitados lugares, unos 3 o 4...
Desde esos pocos lugares, unas pocas personas cambiaron el mundo.
Manchester es una ciudad de secretos hermosos, que valen la pena ser contados.

1 Ponycomentarios:

v dijo...

No!! que suerte que tuviste yo me moría de ganas de ir pero justo me concidio con un viaje, el lado positivo de la cuestión es que me fui a coney island a ver las locaciones de réquiem y conseguí ver el departamento de Sara y el muelle de la película!! Saque tantas fotos!! Jaja espero con ansias tu critica!!

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