... Toda una vida compartida cargada de lecciones que nos enseñaron a volar.
A escapar en libertad de las barreras que limitan las opciones.
A buscar la propia felicidad, donde sea que se encuentre, pero seguramente no sea a la vuelta de la esquina, ni en las cercanías de esta sola ciudad.
El mundo es tan enorme y contundente y misterioso y apasionante, que no podemos simplemente quedarnos sentados a enterarnos (o ignorar) desde lejos las maravillas que ocurren a pocas decisiones de distancia.
Movernos y buscar, porque vale la pena incluso el camino, aunque no conduzca a nada, pasión por caminar.
Belleza en cada intento, en cada causa, cada efecto.
Vivir, nada más, y es tanto.
Sé que comienzan tiempos de aprendizaje, que miles de experiencias nuevas nos inundarán de sabiduría, pero siento que entendemos, o poseemos, o conocemos al menos en parte, una esencia, la de vivir a través de los sueños, la de intentar ser quienes queremos, sin permitir que ningún concepto limite nuestras infinitas capacidades, las que tenemos todos pero algunos no se animan a reconocer.
Ustedes dos me lo recuerdan siempre. Son pura inspiración para mí y les deseo miles de aventuras, caos y cambios incontrolables y torbellinos de información, de historias ajenas que enriquezcan su memoria, y sensaciones que alimenten su curiosidad y su amor por vivir.
Sé que nada puede derrumbarlos pero que si algo llega a tambalear su felicidad, no hay nada más sólido, fuerte y resistente que 3 plumas.
Los amo con un amor incondicional que va más allá de las palabras, que está ahí como si fuera el aire que respiro, lo siento en la sangre, es parte de mí. Son parte de mí. Y sé que muchas cosas que vivimos son parte de nuestra capacidad de hacer esto ahora, de desear, de soñar, de realizar. Por eso no me arrepiento de nada, ni le reprocho absolutamente nada al universo. Tenía que ser así. Porque el ahora, lleno de viajes y de búsquedas, es hermoso.