Sexys y caretas

El tiempo que se fue duele en la boca del estómago cuando sostenés que hubieras hecho en realidad absolutamente todo. Espirales del pasado, tu guitarra y vos mismo. Solo vos mismo. Olvidarte de tu alma y mirar desde la comodidad del balcón vip, en tu superación te perdiste todo el rock. Esa gran mentira de que es normal aburrirse de ser joven. Habrás sido aburrido toda tu vida! Y ahí estás con tu look, chupines negros, camisa negra, zapatos negros y sombrero negro, y etiqueta en la frente de lo que aparentás ser. Lo único que lograste es la entrada gratis a un espacio que en la dimensión en la que estás, es vacío y silencioso. Si volvieras a ese momento en que la piel de todo tu cuerpo escuchó "a heaven, a gateway, a hope", saltarías del balcón y te sumergirías en los olores, los dolores, los sonidos de la verdadera experiencia musical. Esa que te vacía el alma y te la vuelve a llenar en el recorrido de una lista de temas. La que te revuelve el mundo entre tanta gente, y sótanos, y cielos, y aviones pasando entre el sol y las pantallas, parlantes y pies de micrófono, y acoples y bajos que resuenan en el pecho, y la sed, y el sabor del agua cuando cae entre banda y banda, la brisa fresca en el espacio que alcanzás al estirar el cuello y ponerte en puntitas de pie y el camino lento hacia la salida. Que te aburre el rock? a Patti todavía no le aburrió su polaroid land, ni sus borcegos. Vos llegas a tu casa y pones jazz para tener sexo... conmigo poné Black Rebel.

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