bookwarm

No soy de esas personas que se devoran libros enteros, pero los considero una increíble compañía.
Hago con ellos lo que una ex amiga mía hace con las personas: -cuando me aburro de uno lo cambio por otro-
Suelo leer cuando viajo. Cuando viajo sola. En tren sobretodo. Prefiero leer que escuchar música mirando el monótono paisaje de ese viaje que hice ya infinidad de veces: de mi casa a retiro, o de algún lado a retiro, ida y vuelta.
Prefiero los trenes viejos. Los que se mueven más, y no tienen aire acondicionado.
He leido libros de aventuras, de política, de fantasía, de terror, de filosofía, de religión, de romance, de autoayuda, de psicología, de música, de historia. He leido biografías de gente que me apasiona, y letras que me inspiran día a día. Me atrapan sus pasajes.

Pero no conozco sus finales.
Creo que el último libro que terminé fue El Principito, cuando tenía 12 años.
Recuerdo que lloré cuando lo terminé.
Lo leí en un día tirada en la cama, bajo el sol que entraba por la ventana. No pude parar hasta llegar a la última página.

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