Sabiduría griega mezclada con un café eternamente argentino.

Palabras que en momentos antiguos conmovieron mis lágrimas fáciles e ingenuas.
Palabras fugaces, que sin esfuerzo alguno, se borraron en lluvia.
Dijiste que ahí estarías sin importar los cambios.
Dijiste que me protejerías, y que me mostrarías el mundo.
Era tu hermana, tu amiga, quien te daba su bienvenida.
Era tu alumna, tu admiradora.
Era quien cedió a tus palabras su confianza y su silencio.
Quien te invitó a su mundo, y a sus recuerdos.
Creí en tus ojos tristes y vacíos.
Me preocupé por tus nostalgias y tus miedos.
Intenté cambiar tus días con mi compañía.
Te regalé las combinaciones agridulces que me hacen argentina
y un lugar en mi país,
con sus canciones y su manera de vivir la vida.
Te regalé una nueva forma de saludar
Y una nueva forma de volver a tu casa,
empapado en gotas de lluvia y acompañado por una inmadura niña.
Te regalé colores, carcajadas e inspiraciones.
Y solo contestaste con un silencio incomprensible e inmenso.
Te excluiste de mis obsequios e ignoraste mis anhelos.
Olvidaste tus confesiones,
hasta incluso, creo, tus mentiras.
Sos como una historia mal redactada que nunca alcanza el final que cumple con las expectativas.
Sos desilusión en carne viva.

No comprendo tus actos
no entiendo tus discursos
no concuerda tu cariño con tus engaños insulsos.

Nunca capté tu acento.
Ahora veo que no hablábamos el mismo lenguaje.

2 Ponycomentarios:

Anónimo dijo...

Woooooooowwwwwwwwwwww!!!!

Te quiero

Beso!!!

Mcgrey

Miranda Earkmant dijo...

shh a ver si te escuchan los de la CIA

kinderwoman

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