Tour Day Chronicles [2]

El cielo nublado aporta la luz más difusamente perfecta que pudiera pedirle. Nada de preocuparme por subexponer, cuando lo natural del ambiente simplemente me empuja la aguja del fotómetro hacia el centro. Pesa sobre mi cintura lo metálico de mi F3, pero inspira su carácter artesanal. La plata explotará desesperadamente ante la película forzada, y experimentalmente sus momentos de rutina diaria en estos días de gira, serán llevados al blanco y negro de mi memoria fotográfica.

Son las 12 : 45 del mediodía. Todavía falta mucho por hacer. Pero sus miradas denotan exaltación y entusiasmo. Entre chistes improvisados para matar el tiempo, empujan los equipos hacia adentro, haciendo sonar una radio portatil que cuelga de un bolsillo trasero. El sonido sucio e interferido apenas hace mover mis rodillas al ritmo, sin necesidad de preocuparme por la velocidad estancada en 500. Observo como con las manos llenas de polvo arrebata un sandwich de miga de la heladerita apoyada al lado de la caravana. Lo sostiene en la boca cuando inmediatamente necesitan su fuerza para ayudar a empujar. Lo come rápidamente. Y prosiguen.

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