Hoy me levanté bien. Pero bien de manera distinta del bien de ayer, y el del otro día.
Hice lo que me recomendaste anoche.
Cuando sin necesitar el despertador, a las 8am abrí los ojos, ya sin sueño, elegí la canción que quería escuchar esta mañana y me preparé media taza de café.
Tengo unas amigas que me conocen en silencio, y un ángel que me espera a la madrugada en la vereda para abrazarme. Tengo una sonrisa que conozco de memoria y un poeta que llena con versos, los hermosos espacios en blanco de un vacío que espera.
Hoy voy a hacer lo que quiero. Lo que amo
Y me voy a reír a carcajadas hasta que haya pasado 30 horas despierta y aún no quiera volver a la cama.
Memorizar el invierno en la piel de las manos.