Chris Craymer - Romance



Cuando estás recién levantado no se te entiende nada lo que decís, y eso me parece tan tierno... Mirás con los ojos entrecerrados, estirándote sin poder evitar darme el primer beso del día. Los primeros besos. Te tomás todo tu tiempo para despedirte de la cama, la mañana puede durar largas horas.. Las luces de tu ventana invaden como marcando el paso del tiempo, las paredes, y el suelo, hasta esconderse en el techo.
Me río varias veces a tus intentos de pronunciar palabra, y te abrazo con la lucidez de esas mañanas, en que sola te preparo el desayuno. (solo cuando no lo preparás vos)
Es que me pedís por favor un rato más con la almohada, y a esa expresión en tu cara no puedo resistirme. Me hacés reir una vez más.
Amo las mañanas al lado tuyo en que el frió se escapa por la rendija de la puerta.
Amo las mañanas al lado tuyo en que el café recién servido perfuma la cocina de tu casa.
Amo como salís corriendo bajo la lluvia para abrirme la puerta del auto y evitar que me moje. Me haces esperar bajo el techo de la entrada y después me haces la seña de que ya puedo entrar. Me abrigas con tu campera y prendes la calefacción. Y me mirás. Analizando si es que falta algo, si hay algo más que puedas hacer...
Pueden ser mañanas fugaces como las de los días de semana, o eternas como las de un domingo naranja. Esas que duran horas en la nada, en tiempo que se desliza en nuestros silencios.

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