Juicio Kármico


Todo fue tan claro ahí adentro. No había excusas que me libraran de culpa, ni maneras para disfrazar las cosas. No había mentiras que taparan hechos, ni formas de minimizarlos o exagerarlos. Delante mío pasaba mi historia de vidas infinitas modificadas esta vez por una más, determinando mi destino siguiente. Delante mío claramente, incluso delante de todos ellos, que juzgándome ambiguamente calmaban mi ansiedad y mi vergüenza. No había escudo ni escape. No había siquiera dolor o entusiasmo.
Sus ojos sabios se posaban sobre las imágenes incansablemente, deliberando mis movimientos, mis decisiones. Un pánico irreconocible recorrió mi cuerpo inexistente por segundos, -pero esa es solo mi reconstrucción de los hechos.-
No había espacio ni tiempo. Y su hermosura emanaba únicamente de su inmensurable sabiduría.
No había puertas ni barreras. Ni escondites que me protegieran. Pero no quería protección. Solo quería una
siguiente oportunidad.
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