Todavía lo pienso así

Envuelto en tus planes de esfuerzo y cansancio, te alejaste sin lágrimas en los ojos y sin mirar hacia atrás.
Disimulando, tal vez, el inevitable sabor a ayer en esos veranos tan presentes.
Olvidaste a propósito mis letras en papel, que en veinte minutos confesé sorprendiéndote.
Un recreo del que aún percibo su olor a tierra, y a esas flores violetas recién nacidas.
Piso nuevamente y esta vez descalza el suelo que me vio crecer.
Tan pocos años y tan fuerte el tacto en mis pies.
Solo sos vos lo que quedó de aquel castillo frívolo y hermoso.

Hoy cuento con los dedos de una mano lo que prefiero retener.
Mi memoria se satura al intentar dejar atrás esas ilusiones que en este presente,
se nota claramente,
que esfumadas y desaparecidas,
aun se ven hermosas de lejos.

Hermosos tus quince años a mi lado y tu guitarra regalándome mentiras.
Moviste mi nombre de lugar en una lista con muy pocos renglones.
Pero no fue suficiente para entrar en tu último día.

Ni un abrazo de despedida.
Ni una palabra sin espinas.

Catorce claveles son hoy la prueba de lo que fué.
Pero tambien de lo q nunca volverá a ser.
Catorce claveles evidencian aquello que no aceptas haber dejado de hacer.
Yo vuelvo a mi cumpleaños pensando que todavia no olvidaste cómo seguir haciéndolo.

Y viajaría esos 200 kilómetros para escuchar por una vez que el error es nulo entre los dos.
Que el tiempo es cruel,
pero nosotros,
más fuertes.

Que es más fuerte el verano, y la vereda de nuestra casa.
Y que vos tampoco te fuiste de ahi.

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